Llegó el momento de evaluar y, probablemente, cada año por estas fechas escribo alguna queja sobre las evaluaciones. No les veo mucho sentido. La suerte de este curso es que, debido a la crisis sanitaria, se hacen desde casa, lo cual es una buena noticia. No es lo mismo salir a las nueve de la noche del centro de enseñanza que estar ya en casa. No es lo mismo quedarte en el colegio durante horas esperando que te toque tu sesión que aprovechar para poner una lavadora, hacer deporte o despejarte durante unos minutos. Aún con todo, un momento especial de calificación no tiene mucho sentido.
