Algo que me gusta de una clase en grupos es el diálogo. En ocasiones me aterraba el que, al formular una pregunta o una actividad en clase, se quedaran callados/as, no respondieran, no hubiese diálogo. Sin embargo, desde hace bastante tiempo promuevo el diálogo en grupos. Es verdad que no es fácil hablar a la clase, nos cuesta dirigirnos a un auditorio, sin embargo en grupo pequeño, es mucho más fácil y sencillo, cosa que los alumnos/as saben.

En esta semana he planteado una clase a base de diálogos en los grupos. De manera que tenían que buscar respuesta a sentido de la vida en 3 ESO. Cada grupo debía buscar una visión afirmativa y otra negativa. Es decir, les planteaba ¿el amor da sentido a la vida? En cada grupo tenían que concretar por qué si y por qué no, anotando luego en la pizarra alguna breve conclusión.
La actividad funcionó formidablemente. Planteamos varios temas: Amor, Perdón, Servir a los demás y la confianza. En todos los casos los chicos y chicas debían dialogar en su grupo. Les daba tres minutos para que buscaran respuestas a los interrogantes después de ver un vídeo sencillo.
La dinámica de la clase, por tanto, era: Vemos un pequeño vídeo de entre tres y cinco minutos. Planteaba la pregunta para que debatieran en grupos pequeños y luego compartíamos. La actividad salió francamente bien. Es más, se ratifica lo que decía al principio no les resulta fácil a los/as portavoces expresar lo que cada grupo trabajó, de modo que tenía que acercarme hasta sus mesas y me lo decían personalmente y apuntaba una idea en la pizarra.
Para cerrar la clase, pedí que hicieran una pequeña valoración personal de lo trabajado, explicando si esos valores dan sentido a la vida, cuáles les parece más importante y por qué.
Contando con más tiempo se podría haber pedido que alguno/a del grupo escribiera sus conclusiones en la pizarra. Pero nos habría llevado mucho tiempo y sólo interesaba alguna idea principal. Es cierto que cuando un grupo hablaba en voz baja, yo lo traducía a la clase diciendo: ustedes quieren decir que Si nos da sentido de vida, porque… para ver que había entendido bien y la clase también conocía sus propuestas.
Así, por tanto me gusta esa idea de dar tiempo para que los alumnos/as hablen. Aunque el inconveniente, que como todo los hay, es que no hablen de lo que se les propone. Para remediar eso, una idea sencilla: caminar por las mesas, mientras funciona el reloj, para ver que efectivamente dialogan.