¡Claro que la hemos hecho! Ya hemos puesto la notas de los alumnos. Hemos evaluado y ahora sólo quedan los informes, actas y demás burocracia. Pero no me estoy refiriendo a que valúes a tus alumnos/as, sino que ellos/as te evalúen a ti.
Es evidente que si no te dicen cuáles son tus puntos fuertes y cuáles los débiles, no podrás potenciar lo bueno que haces y mejorar lo que no está del todo bien. Por tanto, no te olvides de hacer evaluación final para seguir mejorando.

En este curso estoy haciendo dos cosillas en la clase final. Pero antes de presentarlas considero de esa evaluación que los estudiantes nos hacen dos cosas:
Primera ha de ser anónima. Hay quien opina que deben identificarse para poder hablar o discutir su opinión. Sin embargo, me gusta el anonimato, creo que así se sienten más libres y pueden expresarse con total libertad y no están condicionados para poner lo que el profesor quiere oír, como sucede en la mayoría de las pruebas.
Una evaluación en la que se identifica al participante, creo, está muy condicionada.
Segunda cuestión: Debe ser ahora. En estos últimos días de clase, donde nos queda tiempo para que los chicos y chicas hagan alguna actividad distinta. Si lo dejamos para más adelante, para que la hagan en casa, seguramente no la harán y no tendrán la misma sensación que estando en clase.
Mi propuesta para final de curso
Son días en los que tiramos de películas, sin más o de algún juego ya preparado. Sin embargo, prefiero algo más elaborado. Así que preparo una clase en la que vemos algunos cortometrajes que invitan a la reflexión. Son muy potentes y, pese a que podamos pensar que no van a prestar atención, sí que se consigue cierto seguimiento, porque son de corta duración —no más de cinco minutos— y luego se puede reflexionar sobre ellos con el grupo. Es como una especie de mochila de buenas sensaciones para llevarnos en verano.
En medio de esta presentación con los cortometrajes, inserto dos momentos: uno para que en una plataforma hagan una nube de palabras con lo que les ha parecido la clase. Aunque hay muchas, elegí mentimeter, en ella con todos los alumnos/as de todos los grupos vamos construyendo esa nube con todo lo que van proponiendo.
En otro momento de la clase, les invito a llenar el cuestionario anónimo, para que valoren la clase y al profesor con unas preguntas muy sencillas para que lo completen lo antes posible. En esas preguntas les pido que me puntúen del 1 al 10 y, de momento, no suspendo.
Finalmente ese documento descargado en PDF o EXCEL, lo dejo en el escritorio de mi ordenador para recuperarlo a principio del curso que viene… y, a partir de ahí empezar a preparar las clases del curso siguiente.
¿Se animan a autoevaluarse?