Llevo unos días de descanso. En el centro donde trabajo se ha tomado las vacaciones de carnaval, aunque no hay celebraciones.
Los tiempos de descanso me sirven para tomar perspectiva, valorar, ver cómo van las cosas. En distintos momentos me ha saltado a la cabeza esta pregunta ¿Cómo estás en clase? ¿Cómo te sientes? No se trata de reprocharme ni de reprochar nada a nadie sobre su actitud, sino que en esta entrada hago una mezcla de dos cosas que ma apasionan: la enseñanza y el crecimiento personal en positivo.

En determinadas horas y/o grupos se nos hace el tiempo compartido en un auténtico calvario. No guardan silencio, mascarillas, distancia, hay que repetir lo mismo ocho veces, hay que gestionar veinte cosas al tiempo, pasar lista, preguntas… al final terminamos algo estresados/as, especialmente con algún grupo que no funciona demasiado bien. Es frecuente en los corrillos de profes que se comente ¿tu le das clase al grupo 1 Z? No se comportan, no funcionan, estas estos chicos/as que no paran de molestar… y así hacemos un rosario de acusaciones. Ahora viene la pregunta ¿Y tú cómo vas a ese aula?
Llevas la escopeta cargada… ¿No dejas pasar ni una, a la mínima te enfadas…? Insisto en lo del reproche, somos humanos y tenemos días mejores y peores, pero la idea fundamental de esta reflexión es que con nuestra actitud puede que se corrijan algunos problemas. No es igual ir a la clase de 1 Z con la idea que es un grupo malísimo que ir con la intención de pasar un buen rato con ellos/as. No es igual ir con la escopeta cargada y disparar a todo lo que se mueva que echarle un poco de humor a la cosa.
Durante los años de docencia he comprobado que mi actitud tiene mucho que ver en cómo funcionan las clases. Es cierto que a veces la cosa se va de madres y hay demasiado escándalo y no se puede trabajar, especialmente cuando realizan los trabajos en grupo. Lo que no me cabe duda que no es lo mismo ir a clase con una sonrisa —aunque no se vea con la mascarilla— que ir pensando la que van a montar hoy. No es lo mismo ir desde una actitud positiva y dispuestos/as a sacar lo mejor de ese tiempo de aprendizaje, que ir creyendo que todo será un desastre.
Un buen dicho afirma que lo que crees lo creas. Así, si crees que el 1 Z es una locura, seguro que así será, mientas que si crees que son niños y niñas o adolescentes con los que compartir un buen ratito de clase, seguro que también así será. Ahora te toca… ¿Cómo estás en el aula?