Los timbrazos de cambio de hora

Hace mucho tiempo en el centro donde trabajo se proponía con cierta fuerza que se cambiara el timbre de cambio de hora por uno más suave. El tremendo riiiiiiiiiinnngggg estridente en algunas ocasiones nos hacía saltar del susto, especialmente, cuando no lo esperábamos. Aquella idea de poner una música suave para indicar el cambio de sesión parecía una utopía. Colocar altavoces por todo el centro, parecía una obra inabarcable que… ¡vaya por Dios! Se ha hecho realidad en este curso y, lo que es más curioso, lo que escuchamos en el cambio de hora, es objeto de un debate ¡maravilloso!

Los timbres de esta semana, tienen la sintonía de Bob esponja

Este curso se estrena megafonía en el centro que ha suprimido, de momento, el siempre el estridente riiiiing, por otras melodías. Al comienzo del curso, los mismos altavoces emitieron eses desagradable sonido, pero luego, con el paso de las semanas se ha empezado a cambiar las melodías que salen por los artilugios sonoros. Una muy buena idea por parte de la dirección del centro. Al principio nos costó acostumbrarnos a escuchar otras cosas, pero ya lo hemos ido normalizando. La idea era que se trabajara en las tutorías la importancia de los sonidos y la música de manera que todos/as fuéramos conscientes de lo que escuchamos y las sensaciones que nos trasmite.

Llevamos unas semanas y hemos escuchado en los timbres música clásica, folclórica regional, rock, reggae, etc. Pero esta semana, de ahí nace esta reflexión, nos ha sobresaltado y ha generado un debate tremendo la música que ha sonado: la sintonía de los dibujos animados de Bob Esponja. En el cambio de hora escuchamos “Bob esponja ya esta aquíiiiiiiii”. Sinceramente, me divierte cada vez que lo oigo, pero algunos alumnos/as se muestran incómodos y no entienden cómo es posible que suene esa melodía. Les explicamos que ha sido seleccionado en tutoría por un grupo del instituto y su incredulidad aumenta. ¡No puede ser! ¡A quien se le ocurre!

Me encantan los timbres. Me gustan esos nuevos sonidos, porque ha despertado el sentido que parecía adormecido en el centro y que sólo nos sobresaltaba en determinados momentos en el cambio de hora. Me gustan porque pueden servir de debate y de diálogo para saber qué escuchamos, que sensaciones transmite, los gustos musicales. Se abre un mundo de posibilidades anteriormente inexplorado y poco usado.

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