Hay quien no es partidario de dar voz y voto en el proceso de evaluación. Sin embargo, creo deben ser partícipes de su proceso de aprendizaje. Hay quien propone que como único juez ha de ser el profesor quien califica a cada estudiante. Desde hace algún tiempo considero que los alumnos/as deben ser protagonistas de ese proceso. No con la voz definitiva, pero sí que nos aportan información valiosa sobre como ven su proceso y el de sus compañeros/as. Por eso soy partidario de procesos de autoevaluación y coevaluación. No como moda propuesta por los dirigentes educativos, sino como una propuesta eficaz que nos ayuda en nuestro trabajo.

Sobre estos modelos de evaluación he de hacer varias consideraciones:
La primera: Su autoevaluación no debe ni puede ser la única nota para una calificación final. Ha de añadirse otros productos que se generen durante el curso y otras notas del docente. Si fuera la única nota, todos se pondrían un aprobado y se acabó.
La segunda: Debe ser consensuada, con otros compañeros o con el profesor/a. No basta sólo con poner una nota, sino que tiene que ser razonada, pensada, discutida con otras personas. No sirve de nada poner una calificación porque me la merezco y punto.
Tercera: Ha de usarse instrumentos objetivos que todos y todas podamos trabajar. Por eso me gusta mucho las rúbricas. No por una imposición de la administración, sino porque es realmente eficaz a la hora de calificar, tanto si lo hace un profesor/a, com si lo hace un compañero/a o por el mismo alumno.
Estamos terminando nuestros primeros proyectos y por eso nos toca evaluar. Así que he propuesto una rúbrica para hacerlo. Pero en mi empeño de ahorrar papel, esta vez ha sido digital. Comencé utilizando mentimeter. Pero era realmente tedioso. En lo que buscaban sus dispositivos, entraban y votaban, se perdía mucho tiempo, así que recurrí a los formularios de google. Lo tenía en mente desde hacía tiempo. Pero no sabía bien como ejecutarlo ¿Un cuestionario para votar a cada alumno? ¿A cada grupo? ¿A cada trabajo? Me resultaba complejo. Hasta que se te enciende la Bombilla💡. Una tontería: Realizas el formulario, lo compartes y una vez evaluado un grupo, borras respuestas y lo volvemos a usar: así de simple.
Las rúbricas me gusta porque, bien hecha, no deja lugar a dudas. Si preguntas el alumno ha realizado la comparación, tal como propone el criterio entre dos o más conceptos: Si lo hizo muy bien / lo hizo pero no de forma muy adecuada / lo hizo sólo de un concepto / No lo hizo. Esas serían las respuestas, con lo cual, no posibilita la ambigüedad de un número para uno u otro en función de otras variables: hecho o no.
Animo, por tanto, a usar este modelo de evaluación no sólo como evaluación en grupo, para evaluar a otros y autoevaluarse, sino como una forma más objetiva de calificar. Y, además, si lo hacemos digitalmente, ahorramos papel y contribuimos a un mundo mejor y más sostenible.
Pingback: Rúbricas de coevaluación — | Desde mi Salón