Frecuentemente existen en los centros de secundaria En unas ocasiones piden mejoras educativas, en otras para reivindicar la igualdad, en contra de la violencia contra las mujeres que, con mayor o menor medida tienen aceptación. Generalmente estas movilizaciones, en la práctica, suelen ser un día festivo ya que los estudiantes se quedan en casa y poco más. Sin embargo, en estas movilizaciones sobre el clima, están generando algo más de interés.
Seguramente lo que ha influido para que estas jornadas sean diferentes a las demás, es que se ha implicado toda la comunidad educativa. Cuando se organiza alguna recogida de alimentos, se encarga el de solidaridad, cuando se convoca por temas de igualdad, es el profesor/a encargado de este ámbito. Pero en esta ocasión, la diferencia es que hemos estado todos a una. Ha existido unanimidad en la convocatoria y en la puesta en marcha de actividades, casi sobre la marcha. Al principio solo se conocía la existencia de una convocatoria de huelga. A los pocos días empezando a llegar propuestas de actividades de distintos centros y se incorporaron sin dificultad.
Lo interesante de todo esto es la labor educativa y de sensibilización sobre que se puede llevar a cabo. No se puede quedar en una movilización más, sino que hay que aprovechar todo lo vivido para sensibilizar de verdad y empezar a desarrollar pequeñas acciones que contribuyan a la mejora del medio ambiente. Obviamente, llevar una camisa verde, hacer pancartas, guardar un minuto de silencio únicamente nos unen frente a una causa común, pero no la solucionan. Por tanto habrá que promover acciones que cuiden y protejan el medio. Un modelo muy adecuado para trabajar la protección del medio son los Aprendizajes Servicio.
No se trata de una cuestión de moda. No es que ahora se nos trate de cambiar de metodología y, suena ser moderno aplicando otras cosas, El Aprendizaje Servicio ha existido siempre. Se trata, básicamente de movilizarse de manera real y efectiva por alguna causa. Hace décadas que los estudiantes participaban en en una plantación de árboles, limpieza de algún lugar o cualquier otro servicio a la comunidad. Lo que sucede ahora es que se le ha dado un nombre para reconocerlo y una metodología en la que se invita a que los estudiantes sean los protagonistas. Ellos son los encargados de plantear, buscar, organizar actividades de mejora del entorno. Esta situación hace que el aprendizaje sea absolutamente maravilloso y verdadero. No escuchan hablar a un profesor del medio ambiente, no ven imágenes del deterioro de la tierra, sino que son ellos mismos los que tratan de paliar esta situación con su granito de arena.
Esperamos que todo este movimiento no se quede en una simple declaración de intenciones, sino que todo lo que se ha hecho sea una semilla que fructifique y se convierta en el freno a la destrucción del planeta. De momento tiene buena pinta.