Termina el periodo escolar y es tiempo de hacer balance. Cuando llega este momento generalmente solemos fijarnos en lo bueno. Hice una encuesta final de curso en la que participó una cuarta parte del alumnado. No era obligatoria y el plazo para participar termina hoy. Los datos, objetivamente, son buenos, hay mucha satisfacción con el modelo de enseñanza que imparto. No voy a hacer un análisis de los resultados aquí, pero simplemente me quedo con un dato significativo: el modelo de Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) con redes sociales con el que me he atrevido este curso, ha gustado al 96% de las personas que respondieron a la encuesta. Así que habrá que seguir mejorándolo.
Es muy recomendable hacer una encuesta final de curso anónima, como la que les planteé a mis alumnos para conocer su vivencia de la clase. Es muy sencilla de apenas ocho preguntas. Cinco de ellas de selección múltiple, con la opción de otra respuesta, por si no la ven reflejado lo que piensan y tres abiertas en las que pueden expresar lo que quieran en relación con la asignatura. Cuando termine el plazo, a partir de mañana, empezaré un análisis detallado.
Hacer balance del curso supone tener datos que nos permitan seguir mejorando en la docencia. Preguntar para marcar el camino a seguir y saber si estamos en sintonía con lo que los estudiantes esperan de nosotros. Es fundamental ese balance sencillo para conocer sus gustos y preferencia a la hora de ocupar un pupitre. Hacer balance supone no quedarnos anclados en las críticas, sino usarlas de trampolín para mejorar y crecer. Estoy seguro que hay críticas en las encuestas que realicé pero tengo claro dos cosas a la hora de mirar la valoración de la clase: No puedo contentar a todo el mundo y siempre va a haber quien critique.
A la hora de hacer balance de curso en el claustro indicaban que fue un curso complicado. Todos lo son. A veces por unas razones o por otras, hay complicaciones. Tener un curso ideal es imposible y siempre habrá cosas a mejorar. Creer que estamos en la cima y que todo es perfecto, únicamente sería un acto de prepotencia que no debe existir en un profesor. Hagamos balance, apuntemos tareas para septiembre y desconectemos durante unas semanas para empezar con fuerza.