Todo cambia en el aula. Todo es diferente cuando lo que estamos haciendo tiene una finalidad, un sentido, no solo rellenar un cuaderno o responder a un examen. No hay nada peor para una persona que hacer algo que no sabe muy bien para qué sirve. Es, como cuando las instituciones nos piden rellenar formularios, sabiendo que nadie va a mirar. A veces a la enseñanza le ocurre algo así. Los estudiantes escriben sin saber muy bien cuál es el sentido de lo que hacen. No saben para que les va a servir ni le ven utilidad a su trabajo en clase. Sin embargo, todo cambia cuando lo que hacemos tiene una explicación.
He empezado, más tarde de lo que tenía previsto, a desarrollar el ABP con Redes Sociales en Primero y Segundo de Secundaria. La propuesta explicada de manera muy breve consiste en que los chicos y chicas tienen que explicar lo que han aprendido en diferentes perfiles de Redes Sociales. Por la tarde, siempre reviso las publicaciones, con el fin de que no se haya publicado algo incorrecto. Desde uno de los grupos me llegó un mensaje a mi perfil personal: ¡me encantó!
Todo cambia cuando aquello que hacemos en clase tiene un sentido. En este caso el sentido no es aprender, sino el sentido es publicar en Medios Sociales. Por tanto nada es igual, no trabajan para rellenar una ficha o hacer un examen. El profesor no tiene que esforzarse especialmente para captar la atención porque ellos están atentos, buscan, investigan porque tienen que desarrollar ese trabajo final: tienen que publicar algo de calidad.
Otra sorpresa, aparte del mensaje que he tenido esta semana, es ver a un alumno absentista que, cuando viene apenas hace nada, ni trae material, ni hace absolutamente nada, durante la sesión me preguntaba dudas, lideró el equipo de trabajo, se preocupó de la publicación, fue alucinante. Luego, obviamente ese interés decayó, (no todo va a ser bueno), cuando por su falta de asistencia no podía completar la actividad porque no tenía recursos para ello. Pero esa motivación, ese trabajo me pareció, sinceramente, increíble y alucinante.
Entonces ¿repartimos móviles, tabletas u ordenadores para que la clase sea motivadora e interesante? No. Lógicamente, no. Pero sí que debiéramos plantear las cosas de manera que los estudiantes vieran que aquello que hacen tiene sentido. De ahí que el Aprendizaje Basado en Problemas es una buena herramienta a utilizar.
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