Esta semana en un curso de formación nos recordaban que no es lo mismo un debate que un coloquio. Ciertamente, organizar buenos debates no es sólo hablar y expresar la opinión. A veces, caemos en la tentación de llegar a clase y decir: “Hoy hacemos un debate” creyendo que va a salir bien, pero seguramente será un desastre. Esta semana ha tocado empezar a desarrollar debates con bachillerato, siendo de lo más productivo e interesante.
Existen dos modelos de debates: uno dentro del grupo cooperativo y otro entre el gran grupo. La metodología es muy parecida aunque lo realmente importante es que se sean capaces de reflexionar y preparar adecuadamente una determinada postura ante una situación a debatir.
Lo primero proponer un tema. En el caso de los debates cooperativos, lo ideal es un único tema para todo el grupo. En cambio, para el gran grupo, se pueden plantear diversos temas en relación a la Ciencia y la ética, tal como estamos trabajando en bachillerato.
El primer momento debe ser de investigación. No es apropiado, si queremos que el debate sea interesante, proponer el debate y empezar a debatir sobre la marcha. Así que lo ideal es comenzar por un trabajo de búsqueda de datos que fundamenten la posición que hemos tomado. Hemos de dedicar un tiempo amplio a la búsqueda de la información, especialmente en la red. En esa búsqueda de información los grupos pueden preparar algún documento que les sirva de base para su exposición: una presentación, unas notas, localizar algún video y tenerlo guardado para apoyar su tesis.
Una vez que se tiene el material y está todo preparado, empezaría el debate propiamente dicho. El primer momento del debate es que una de la posturas exponga su teoría. Para ello, todos los demás deben escuchar sin interrumpir, sólo escuchando. Normalmente este espacio, lo tengo cronometrado, para que cada cual se adapte a unos minutos de exposición, según consideremos. Una vez terminada la primera postura se le da el turno a la opción opuesta. Con idéntico tiempo también exponen sus argumentos.
Terminado este primer tiempo le seguiría el debate abierto. En este caso, les digo que alguien debe ganar, el debate no puede quedar empatado, así que respetando el turno de palabra deben empezar la discusión para ver quien tiene la razón. Aquí ya no existe tiempo, sino que es el docente el que debe ir viendo que hay un momento en el que se va perdiendo el interés y empieza a decaer la intensidad. Es entonces cuando se le pide al resto del grupo, si es un debate de toda la clase, que cualquiera haga una nueva aportación o se posicione en un lado u otro.
También debemos intuir cuándo decae el interés por parte de todo el grupo para dar paso al siguiente momento. Este nuevo tiempo es muy interesante y consiste en pedir por unos minutos que cada grupo enfrentado cambie de posición y dejándoles un tiempo breve, para que preparen la posición contraria. Seguramente habrá resistencia pero es un ejercicio de aprendizaje tremendo al ser capaces de cambiar de postura y tratar de comprender el punto de vista contrario.
Finalmente y, de modo especial en los grupos cooperativos pequeños se les pide que formalicen un acuerdo por escrito, de manera que redacten en un pequeño documento en el que después de oídas la parte A y B de este debate, proponemos como acuerdo que…
Los resultados suelen ser formidables, pero eso sí, no confundamos nunca un debate con un coloquio que, también puede estar bien, ya que el coloquio nos puede servir para conocer puntos de vista, y ver lo que opina un grupo de un determinado tema.