En la primera clase del año, para comenzar el trimestre hago revisión. Me parece un momento oportuno. Empezar directamente con materia a la vuelta de las vacaciones, puede resultar un poco duro para los estudiantes, así que entramos en el nuevo periodo analizando el anterior. Revisar, evaluar la clase, es un riesgo pero, siempre da resultados sorprendentes. Me quedo con lo bueno que dicen de las clases, fundamentalmente dos actos «rituales que hago al comienzo de cada sesión» y tengo muy en cuenta sus sugerencias para mejorar..
Entre las cosas que más les gusta a los alumnos es lo sencillo: saludarnos al comienzo y poner una canción, algo que hago siempre. Habrá quien piense que es una pérdida de tiempo, sin embargo, considero que se gana tiempo con este sencillo ritual. Saludarnos algo que parece tan obvio hoy en día, resulta que no lo es tanto. Vivimos en una sociedad que tiende al individualismo, por tanto hay que proponer otras formas de relacionarnos, especialmente, cuando estamos en grupo. Así, por tanto, cuando empiezan mis clases les invito a levantarse y saludarse, con un abrazo, con la mano, de la manera que estimen oportuno. Luego, escuchamos una canción, especialmente en español y que tenga algún mensaje. Durante la canción puedo situarme en la clase, pasar lista, poner las faltas, firmar los partes, algo que tenemos la obligación de hacer, pero con la clase alborotada o mandando a callar es mucho más complicado.
No es una pérdida de tiempo hacer estas cosas básicamente porque son actos que nos unen como grupo. Nos alborotamos un poco para luego ya ponernos en situación de lo que queremos trabajar. La canción y el saludo es para mí, como acomodarnos antes empezar a leer un buen libro o ver una película, preparo todo para comenzar. Por eso desde hace años mantengo el comienzo musical, mientras que el saludo, lo incorporé el curso pasado.
El análisis de la situación lo realizo, primero de manera global y luego particular. Es decir, les pregunto por los problemas del sistema educativo en general, para luego pasar a revisar la clase en particular. Aunque parezca que no son conscientes del sistema, son muy críticos. Reconocen que el sistema les quita la creatividad, les agobian con tanta materia y estudian cosas que, según ellos, no les servirá para nada en el futuro. Reconocen que los exámenes no son efectivos que estudian para aprobar y olvidar. Las tareas, también son un inconveniente porque los estudiantes dicen, llevan demasiado trabajo para casa. Finalmente son críticos con profesores y compañeros. Los profesores, porque algunos, según los estudiantes, no explican bien y con los compañeros, porque siempre hay alguno que molesta y les impide aprender.
De este análisis de la clase siempre aprendo. Me encanta, porque es la principal lección del año. Todas las anotaciones que me dan las transcribo y las releo en diferentes momentos del curso para reconocer detalles importantes de la maravillosa labor docente. Seguramente dará pie a varias reflexiones que publicaré aquí.