Empezando el curso, contagiando alegría

Son días de presentaciones de conocer alumnos nuevos de reemprender la marcha. Me encanta y me sorprende entrar en las aulas en estos primeros días. Cuando veo la nueva mezcla de alumnos no puedo hacer otra cosa que sonreír interiormente. Es como si pasaran por una batidora y los cinco grupos del curso anterior, se mezclaran en otros cinco nuevos y diferentes. Me encanta. El comienzo de curso es para mi un motivo de alegría. De encuentros, de emociones y de grandes retos.

profejesus empieza el curso

Lo de contagiar alegría me viene a la cabeza porque ahora recuerdo con cariño hace años cuando empecé en secundaria que, al comienzo de curso creí que no se podía empezar directamente con clase. Así que preguntaba a los compañeros ¿oye, como empiezas en septiembre? Con una prueba de nivel—me respondían—. Madre mía, pensaba. Imposible. Si yo fuera alumno y lo primero que me encontrara en clase fuera un examen de nivel me darían ganas de salir corriendo. Así que me planteé un comienzo diferente: Hacer unas dinámicas de conocimiento con cada grupo. Allí la alegría se desborda en los juegos de presentaciones, nombres, entrevistas… Y agotamiento. Porque esas sesiones consumen mucha energía al docente y, realizar cinco sesiones de dinámicas, bajando y subiendo al patio con cada grupo, ya se pueden imaginar…

La reflexión para el comienzo de curso es que cuando hacemos las cosas con el corazón, cuando ponemos alegría en aquello que hacemos, termina por contagiarse. Ese inicio de curso de ese loco profesor se ha contagiado al centro y ya existe un plan de acogida para los alumnos que comienzan nuevos. A ellos se les ha dedicado este curso 3 sesiones del primer día de clase a  juegos y cohesión grupal. En este curso la novedad ha sido que un grupo de compañeros/as, me han acompañado en esta misión. Antes de la llegada de los alumnos hicimos una práctica con los profesores y luego, de manera simultánea, hicimos esas dinámicas.

La alegría, la positividad, la pasión se contagia en los grupos de trabajo. A veces, pensamos que nuestro trabajo no es valioso que nadie lo tiene en cuenta, que nos estamos dejando todo en las clases sin mucho sentido. Sin embargo, con el tiempo, todo va dando su fruto. Así ha sucedido con la alegría y con las dinámicas «locas» de comienzo de curso.

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