Con esta y otras frase circulan algunos chistes gráficos entre el colectivo de docentes que, tras las vacaciones de navidad, vuelven a las aulas. Niños con un rostro «humorísticamente diabólico» acompañan a ese «prepárense maestros» con los que algunos profes sonríen y otros se deprimen por el final de este periodo de descanso y recomienzo de la actividad docente.
Quien sufre porque comienzan las clases debería dejar la docencia. Esta afirmación puede resultar dura a algunos, pero no se debe concebir un maestro que no se ilusiona y se re-ilusiona al volver al aula. Es cierto que hay lugares concretos donde las clases pueden ser un infierno. Barrios marginales, lugares difíciles pueden hacer que a un determinado colectivo no esté satisfecho con su trabajo. Pero, si en general un profesor/a en un centro «normal» no desea volver a su trabajo, mejor es que lo deje.
Alrededor de la fiesta de fin de año en un grupo virtual de docentes que comparto alguien ponía con ilusión que ya faltaba poco para que vinieran los reyes… a lo que otro respondía: «Si, y por desgracia, para volver a las clases…» No soy quien para juzgar a nadie pero quien no está satisfecho con su trabajo, lo ideal es que lo deje. ¿Por qué sufrir día tras día en un aula?
Otra conversación que circula con mucha frecuencia entre el colectivo de docentes, especialmente entre los mayores, es el tema de la jubilación ¿Cuánto te queda…? Algunos, con agrado, tienen contado los meses y los días. ¿Con qué ilusión nos levantamos a trabajar contando los días que nos quedan? Pero ese no es un problema exclusivo de la docencia, sino de cualquier profesión… porque algunos se pasan la semana pensando en que llegue el sábado o el domingo, los meses desando las vacaciones y los años pensando en la jubilación ¿y en medio qué? ¿No se disfruta del viaje?
Prepárense maestros para disfrutar de ese nuevo 2018 que comienza. Será un año apasionante con nuevos retos, aprendizajes y vivencias que espero sean inolvidables. Me preparo desde hace días para volver a las aulas, ilusionando y contento por lo que viene por delante. Me preparo con alegría porque ponerme a contar los días que faltan para verano no está en mis planes, sino más bien disfrutar de cada instante en el aula.
Especialmente me motiva esta primera semana de clase porque es un tiempo que dedicamos a hacer revisión de todos los grupos. Es un momento de aprendizaje tremendo porque los estudiantes critican mi clase y el sistema, de lo cual aprendo muchísimo… ya les contaré.