Las sesiones de evaluación, en algunos casos, suelen ser una pesadilla para los profesores. No cabe duda que tienen varios ingredientes para que así sea: suelen ser muchas y seguidas, no suelen aportar mucho a los que intervienen en ella y, en ocasiones, son tediosas y aburridas. Sin embargo, me gusta ver el lado positivo de las cosas y, si existen estas reuniones, será por algo. Por tanto, habrá que buscarle el lado bueno a las sesiones de evaluación. Por tanto, ¿Qué deberíamos hacer para que las reuniones de evaluación fueran eficaces? Aquí van algunas propuestas:
1.- No intervenir si no se va a decir algo realmente importante
Reconozco que antes hablaba más en las sesiones de evaluación. Sin embargo, ahora intervengo muy poco. Porque, si estás de acuerdo con lo que dicen los demás, ¿para que repetirlo? ¿Si no vas a aporta nada al debate para que hablas? Como propone el dicho: Si lo que vas a hablar no es más bello que tu silencio, no lo digas.
2.- Da información valiosa
Tiene que ver con lo anterior. ¿Qué puedes aportar a la sesión que sea válido para tus compañeros/as? Piensa en esa cosas que podrían servirle a todos. Alguna estrategia con el grupo, alguna dinámica que haya funcionado, algún agrupamiento que funcione, experiencias positivas con ellos. Todo eso puedes ser recibido con bastante agrado por el resto del equipo educativo y hará que nos vayamos con buen sabor de boca de la reunión.
3.- Olvida los temas personales
Tanto si le diste clase a su hermano/a o a su madre o padre, con quién está saliendo o si le gusta mucho el chocolate. No son temas de interés en una sesión de evaluación. Nada interesante añade a lo que se vaya diciendo por tanto esos temas no deberían incluirse en la reunión. Por muy distendida que sea la reunión, evita los temas personales, porque aunque sea pueda ser divertido para algunos, objetivamente no aporta nada al equipo educativo.
4.- Deja hablar
En cada equipo educativo, como en la vida misma, hay unas personas que hablan más que otras. Deberíamos aprender a guardar silencio y dar turno de palabra a todos. Al menos, a los que tienen algo que decir. Es frecuente que se pida información al profesor que imparte una materia, porque la ha suspendido y éste apenas intervenga, porque no le dejan. Por tanto, posibilita que los profesores participen.
5.- Preside la sesión para recibir información
En ocasiones algún tutor/a de grupo da la sensación que no le van a decir nada nuevo. Así, al terminar la reunión la mayoría se va con la idea que la reunión no ha servido para nada. También a veces, el tutor/a habla tanto que parece que imparte todas las materias y por tanto el resto no tiene nada que decir. El rol de tutor en una sesión de evaluación lo entiendo más como un receptor de información. Debe aportar alguna información valiosa que reconozcan los miembros de su equipo, pero poco más. Es bastante aburrido en una sesión en que el presidente se lo sabe todo ¿entonces para qué estamos allí?
6.- Cumplir los tiempos
Sé que a veces es difícil, porque se retrasa en la llegada algún compañero, con lo que generamos un retraso que se va acumulando, creando mal estar. Por tanto, hay que intentar siempre cumplir con el tiempo estipulado. Así evitaremos mal ambiente entre compañeros. Para ello hay que empezar con puntualidad si hay quórum para ello.