Soy una persona inquieta. Me gusta mucho aprender y la acción. Considero que los estudiantes también son así. Especialmente los jóvenes, son también inquietos y necesitan dinamismo. Por eso me gusta que cada clase sea diferente. Que sorprenda, evitando la monotonía. De ahí que al aprendizaje cooperativo se adapte mucho a lo que entiendo como espacio educativo.
Una de las técnicas que más me gustan y fáciles de desarrollar es la del puzzle, también llamada grupo de expertos. Me gusta, porque mueve la clase y «obliga» a todos a trabajar para que el grupo consiga su objetivo. Algo que se debe recordar siempre al comienzo de esta actividad.
Hay muchas variables de esta dinámica pero esta semana empleo una sencilla. Les pido a los estudiantes que conforman cada grupo base que se numeren del uno al cuatro. Una vez que ya lo han hecho, invito a que se reúnan por números, los unos, los dos, los tres y los cuatro. A cada uno de esos grupos les dejo una actividad. Puede ser una lectura, una ficha con preguntas, también responder una o dos preguntas de un audiovisual que hemos visto. A este nuevo grupo formado se le suele llamar grupo de expertos. Ellos deben realizar esa actividad sencilla. Nunca más de dos preguntas o una actividad, porque luego hay que añadirlas todas al trabajo final y si es demasiado largo, no concluiríamos en una sesión.
Cuando ha finalizado el tiempo estipulado para el trabajo en el grupo de expertos (1,2,3 y 4) Se les pide que vuelvan a su grupo base y compartan lo trabajado con sus compañeros. De manera que todos tengan las cuatro partes. Para comprobar que todos han trabajado se puede hacer una ficha conjunta en la que se exige que hayan cuatro letras diferentes o que firmen su parte. Otra forma de comprobar que el trabajo está realizado es pidiendo aleatoriamente a un componente de cada grupo su libreta o cuaderno de clase para ver que lo tiene completo. Si es así, todos tendrán buena nota. También vale llevarse un cuaderno de un miembro de cada grupo para corregir con la misma idea anterior.
Esta técnica nos suele ocupar una sesión completa de clase y nos puede servir para desarrollar un contenido amplio o para repasar lo visto ya que se puede dividir un documento en cuatro partes para que sea trabajado por los alumnos, tras una breve explicación del profesor. Además, permite múltiples variables de corrección y trabajo, también es posible la exposición al gran grupo, reflexión final sobre lo trabajado, etc.