Empezar siempre cuesta. A los estudiantes, a los profes y, por supuesto, a cualquier persona que haya desconectado durante las vacaciones. Desde que comencé en la docencia recuerdo mucho una frase que los profesores nos decían en sus clases «Prima non datum ultimate dispensatum» la primera no se da, la ultima se perdona. Lógicamente, en etapas de enseñanza obligatoria, no se puede dejar de dar clase, así que siempre comienzo con dinámicas para formar grupo, conocernos y arrancar en un buen ambiente. Por eso preparo para todos los grupos de secundaria y bachillerato una serie de dinámicas para romper el hielo y cohesionar.
Generalmente salimos del aula y nos vamos a la cancha que permite trabajar sin molestar, ya que algunas de estas actividades son ruidosas. Si dispongo de tiempo suficiente, podemos regresar a la clase para hacer otras dinámicas que necesiten del mobiliario.
Rueda de nombres
Hay muchas variables de esta actividad. Consiste en hacer un círculo con todos los participantes. Llevo una pelota pequeña de gomaespuma que tiene que ir pasando de manera aleatoria por todos los integrantes diciendo sus nombres y algo que nos guste. Otra variable es la rueda de nombres encadenada en la que se dice el nombre seguido de «yo a una isla desierta me llevaría…» La diferencia con la anterior es que se debe decir el nombre de todos los participantes. Los primeros lo tienen muy fácil, pero los últimos deben recordar el nombre de todo el grupo. Únicamente sirve si el grupo es pequeño, porque si es muy numeroso, la actividad se eterniza y aburre.
Una variable más es hacer la paella. Cada cual debe decir su nombre y un ingrediente que le pondrían a una paella que deben recordar. Luego, cuando todos hayan puesto su ingrediente, se hace repite la rueda de nombres diciendo la frase «yo por la mañana, al levantarme, lo primero que me lavo es … (el ingrediente que hemos dicho).
Cruzar el abismo
Lo aprendí en un curso de formación hace tres años y me encantó. En primer lugar les pido a los participantes que se ordenen alfabéticamente en una fila pero sin hablar. Con gestos y mímica o bien porque ya saben su nombre se van colocando. Una vez terminado, se comprueba que se han colocado bien. Luego, se les dice que están en lo alto de un abismo en esa fila y que todos deben cruzar de un lado a otro. La única forma de cruzar es interactuando con los compañeros/as. Sirve un saludo, un abrazo, pasar entre ellos haciendo zig-zag. Cualquier forma es válida siempre que se haga algo con los otros. El único inconveniente es que no se puede repetir la forma de cruzar. Si un estudiante da una palmada en el hombro, ningún otro compañero/a lo puede repetir. Es genial, ver los saludos y la imaginación que derrochan en esta actividad muy simpática y de contacto entre ellos.
La entrevista
Es otra propuesta de la que aprendemos mucho. En alguna ocasión protestan ¡¿otra vez profe?! Este año he cambiado las preguntas, respondo. No elimino esta actividad porque me parece muy interesante para zambullirnos un poco en su realidad. La actividad es muy sencilla. Les doy la mitad de un folio en el cual figuran una serie de preguntas básicas: Nombre, lo que más me gusta es… , este verano… Música preferida, hobbies preferidos.. De manera que en la pareja se hacen entrevistas mutuas y luego, cuando ya han terminado todos, presentan a su entrevistado al grupo. Es maravilloso la cantidad de información que podemos recibir sobre sus gustos, aficiones, vacaciones, que nos ayuda saber cual es su realidad, sus gustos televisivos musicales.
Seguramente realizas o conoces otras actividades de comienzo de curso ¿Te atreves a compartirlas?