Tenía un alumno que, durante el curso, no hacía absolutamente nada y luego en los exámenes de septiembre aprobaba todo. Así le fue más o menos bien hasta llegar a bachillerato, donde tuvo más dificultades para seguir con la misma estrategia. Estamos en plenos exámenes de septiembre para muchos estudiantes. Algunos de ellos superan con esa prueba extraordinaria una materia y pasan al siguiente curso. Por eso la pregunta parece oportuna: ¿Son justos los exámenes de septiembre?
No cabe duda que esta convocatoria extraordinaria suele ser controvertida. Hay estudiantes que, ante la dificultad en alguna materia, lo dejan directamente para septiembre, sin hacer ningún esfuerzo durante el curso. Por otra parte, no parece justo que, si un alumno no ha aprovechado el curso escolar, con todas las horas que se imparten de una materia, al llegar las pruebas extraordinarias, puedan recuperarlo.
La estrategia de «dejar para septiembre…» Parece no gustar demasiado a los docentes y suele ser una última oportunidad para los estudiantes para superar un curso. En cambio, puede resultar muy útil para quien no haya podido con una asignatura durante el año escolar para obtener una última oportunidad para titular.
En primaria los exámenes de septiembre han desaparecido y en secundaria se han comprimido en apenas dos días. Este suele ser un problema para aquellos con muchos suspensos que no pueden preparar adecuadamente todas las materias.
No termino de tener una opinión clara al respecto. Por un lado parece injusto que el alumno que citaba al principio titulara en secundaria año tras año aprobando sólo en septiembre, sin hacer nada durante el curso. Pero también, podría ser malo privar de una una oportunidad a quienes han tenido dificultad para superar una materia. ¿Ustedes que opinan?
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