Terminan las evaluaciones y toca ahora el reparto de notas. Es probable que, en cursos anteriores, al no ser tutor de final de etapa, no me había percatado de lo bueno que son los «profes». Este año en mi sesión de evaluación final hubo más regalos que en Navidad.
Me ha correspondido este año ser tutor de un grupo de cuarto de Enseñanza Secundaria Obligatoria. Con lo que se llega al final de una etapa de formación obligada para los alumnos. En la sesión de evaluación algunos profesores regalaron el aprobado a numerosos alumnos, permitiendo la titulación de la gran mayoría del grupo. Por eso me afirmo en ¡Qué buenos son los profesores!
Es algo que generalmente no se cuenta. Las sesiones de evaluación son un coto cerrado reservado a los profesionales de la enseñanza en la que los alumnos pueden participar, siempre que lo soliciten, pero de forma limitada. Por eso no saben que existen discusiones, enfrentamientos, votaciones para permitir que los alumnos pasen de curso o titulen.
Sin embargo, lo que se ha dado en la tutoría este año es algo diferente. Se trata de dar un empujón y no bloquear la titulación de los alumnos que se lo merecen al final de esta etapa permitiéndoles que se matriculen desde junio en los estudios que se han propuesto. En concreto el 88% de los alumnos se podrán matricular en junio, lo cual es un dato maravilloso.
Por eso, sencillamente con estas palabras únicamente quería expresar mi gratitud a los «profes» que, con el ánimo de permitir que los estudiantes sigan avanzando en su vida, no cierran las puertas al final de la etapa, sino que permiten su titulación y promoción. Únicamente quería que se diera a conocer, porque, por desgracia, en estos días se le da más importancia a las reclamaciones, denuncias, enfrentamientos entre familias y profesores por los suspensos y raramente se agradece a los que hacen algo bueno por los chicos, como ha sucedido en este caso.