Educar mediante el deporte

Este verano tengo la gran suerte de compartir una experiencia con niños de mi barrio. Hemos puesto en marcha un CAMPUS de verano gratuito que, con el primer objetivo de alejar durante unas horas de la mañana a los niños de las pantallas, les hemos propuesto repasar un poco lo aprendido durante el curso escolar y hacer algo de deporte.deporte-nic3b1os-felices

La experiencia ha tenido una enorme acogida y casi cincuenta niños están participando en la actividad. Sin embargo, la práctica deportiva con chicos y chicas de segundo y tercer ciclo de primaria se ha convertido en un quebradero de cabeza debido a su alta competitividad. Así que sobre la marcha ha habido que ingeniárselas para corregirlo.

Desconozco sí seremos capaces de eliminar la competencia en los niños, pero sí estoy seguro que, con unas normas que hemos puesto, hay menos peleas y salimos del recito deportivo con mejor humor.

Enumero las reglas que he puesto para el fútbol, pero que, obviamente, se puede aplicar a cualquier deporte de competición en grupo:

1.- El gol se celebra con un chiste. Cada vez que cualquiera de los equipos anota un gol, todos nos vamos al centro del campo y antes de poner el nuevamente el balón en movimiento, se debe contar un chiste. Con esto se pretende evitar las celebraciones del gol que a veces enfadan tanto a los que ven su portería perforada.

2.- No se puede marcar un gol sin que la pelota pase, al menos, por tres jugadores sin ser el portero. Esta medida es para que todos jueguen. Es frecuente que los menos hábiles deportivamente hablando, se conviertan en espectadores del partido dentro del campo. También, por desgracia, a las chicas no se les pasa el balón. Además, en todo equipo hay quien juega muy bien y es capaz de regatear a todo un batallón de jugadores, pero si actúa así y no pasa el balón, su gol no es valido porque debe pasar siempre al menos por tres personas.

3.- Las faltas terapéuticas. ¡Pero sí eso no es falta!, ¡pero sí es de su mismo equipo! A veces detener el juego, pitando una falta inexistente y atender a quién le han dado un balonazo, o a quién se ha caído, hace que los niños se sientan mejor y evita que dejen de practicar deporte disgustados.

4.- Cualquier insulto, desprecio, maltrato, aunque sea a un compañero de su equipo, es tarjeta roja directa. No se debe permitir que haya actitud violenta ni verbal, ni física, hacia cualquier persona, que es severamente castigada con el banquillo por un tiempo o por todo el partido.

5.- Animar, promover, enaltecer a los más débiles. Siempre los hay, porque son más pequeños, por no han desarrollado su potencialidad deportiva o por cualquier motivo, hay que animarles, alentarles, motivarles para que perseveren y no desistan en la práctica del deporte.

Estas son sólo algunas medidas con la que la los juegos están siendo un poco más agradable durante estas dos semanas de campus. Seguro que hay otras más. ¿Se te ocurre alguna otra?

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